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Mantecados

En el Convento de Santa Clara la documentación del siglo XVIII nos habla de la compra de unas tapaderas para las «torteras», utensilios de pastelería que se usaban para hacer mantecados. El origen de la producción de estos exquisitos dulces navideños en Estepa se la debemos a Filomena Micaela Ruiz Téllez conocida popularmente como «La Colchona», ya que desde la segunda mitad del siglo XIX contaba con una amplia clientela en diferentes provincias. Su marido, Manuel Fernández Tenllado, era cosario y distribuía por los pueblos y ciudades cercanos los magníficos dulces elaborados en el obrador de su esposa. Así surge la primera empresa familiar dedicada a la elaboración y comercialización del mantecado. A lo largo de la primera mitad del siglo XX existieron en Estepa casi 300 fábricas de mantecados y polvorones, muchas de ellas de carácter familiar. En la actualidad la tecnología más avanzada se combina sabiamente con la tradición de las viejas recetas de nuestros antepasados. Cada otoño esta milenaria ciudad se sigue inundando de aromas a especias que embriaga los sentidos, al percibir el aire que viene henchido de nostalgia con sabor a canela, ajonjolí, almendra y anís.

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